Factores relacionados al bombeo muscular

Un buen bombeo muscular es indicativo de la efectividad del entrenamiento y, en última instancia, la hipertrofia muscular.

El bombeo muscular (hiperemia) es el resultado del exceso de sangre en el tejido muscular  y es esencial para lograr el máximo crecimiento muscular.  La única forma de lograrlo es entrenar con una técnica correcta, además de la ingesta de energía adecuada, para permitir un flujo sanguíneo suficiente a los músculos activos.

Cuando entrenas un músculo, el flujo sanguíneo se desvía de muchos otros procesos fisiológicos, para suministrar a este músculo lo necesario para rendir al máximo.

La sangre primero necesita oxigenarse, lo que se hace a través del intercambio gaseoso en los alvéolos de los pulmones, antes de bombearse a los músculos activos donde se acumula, lo que resulta en la sensación de opresión que llamamos bombeo muscular.

¿Cómo se da un bombeo muscular?

 Los músculos que trabajan necesitan sangre para suministrar oxígeno y nutrientes, y además eliminar los productos de desecho: ácido láctico y dióxido de carbono.

Durante un entrenamiento, un músculo puede recibir hasta cuatro veces la cantidad de sangre que normalmente recibiría. Toda esta sangre suministra suficiente oxígeno y nutrientes para continuar la contracción sostenida, lo que resulta en un bombeo muscular, además de inducir a una rápida recuperación del esfuerzo y la eliminación de los productos de desecho.

  • Si este proceso funciona de manera efectiva, se producirá un crecimiento muscular.

El crecimiento muscular también resultará del estiramiento fascial que ocurre cuando el músculo se bombea más allá de su tamaño normal. Cuando esta capa fascial (que se puede encontrar entre la piel y el músculo) se estira, queda espacio para el crecimiento muscular continuo.

Del mismo modo, el bombeo muscular también creará una mayor cantidad de capilares que, a su vez, proporcionarán a los músculos más nutrientes y oxígeno y permitirán bombeos más grandes y más crecimiento a largo plazo.

¿Qué factores se relacionan al bombeo muscular?

 Se requieren varios factores interrelacionados para que un músculo bombee sangre; el primero de estos cumple una función protectora: cuando comenzamos a entrenar, los sistemas nervioso y endocrino le indican al corazón que bombee más sangre. Esta sangre, disponible a través de un aumento en el gasto cardíaco y la presión arterial, se acumula en el músculo deseado, lo que ayuda a crear el bombeo muscular.

Cada vez que participamos en cualquier forma de actividad intensa, la sangre se desvía de procesos corporales no esenciales: como los sistemas urinario o digestivo, para ser utilizados por los músculos relevantes para la tarea en cuestión.

Como el entrenamiento con pesas es anaeróbico por naturaleza, los músculos necesitan una fuente de energía disponible de inmediato. El fosfato de adenosina (ATP), la creatina y el glucógeno muscular son tres ya situados en el músculo, y se extraen para alimentar el músculo, lo que permite un trabajo continuo cuando se desarrolla el bombeo muscular.

Un músculo que no recibe el oxígeno adecuado no podrá continuar contrayéndose a largo plazo, lo que reprime los esfuerzos de los músculos para bombear lo suficiente. El ácido láctico también se congregará en el músculo, haciendo que se quede corto en términos de gasto de energía.

Para finalizar, el bombeo muscular también se logra cuando las hormonas y los factores de señalización, como el óxido nítrico liberado en respuesta a la acidez causada por los altos niveles de ácido láctico, hacen que los capilares locales en el músculo se dilaten, permitiendo así que fluya más sangre hacia el músculo.

¿ Qué sustancias utilizas durante un entreno de bombeo ?

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