Por qué no culpar siempre al entrenador

En un gimnasio normal, absolutamente no; la realidad es que la mayoría de los clientes con los que trabajarán la mayoría de los entrenadores son deportistas recreativos.

Esto significa que realmente esos clientes tienen como objetivo el control de peso y lograr un buen estado físico general; además de los que quieren competir, están los que no quieren competir, pues no tienen en sus mentes rondar sus vidas entorno al gimnasio y sus cocinas.

Incluso, hay clientes que nos dicen abiertamente que no están interesados en cambiar sus hábitos alimenticios y que hacen ejercicio para tener un sistema inmunitario más fuerte o sentirse más felices, para compensar todos los alimentos que les encanta comer, lo que me parece una gilipollez, pero…

Ambas situaciones limitarán la forma en que las sesiones de un entrenador se traducen en los llamados resultados, pero eso no significa que el entrenador no esté haciendo un buen trabajo.

Dicho de otra manera, no se puede culpar a un entrenador porque alguien no desarrolle cambios físicos drásticos si solo trabaja con el entrenador una o dos veces por semana, y luego se va a casa y come como un adolescente y no hace absolutamente nada el resto del tiempo.

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